Esta tortuga terrestre de 90 años perdió sus patas delanteras a causa de mordiscos deratas cuando hibernaba, las ratas mordieron sus patas hasta el codo. Su familia pensó que la tortuga no viviría mucho tiempo sin sus patas y que tendrían que sacrificarla, la llevaron alveterinario que además de salir muy costoso fue poco lo que hizo por mejorar la situación del animal.

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“Ha sido como ponerle el turbo, ahora va al doble de velocidad de lo que solía”, dice Jude Ryder. “La señora T es aún joven para ser una tortuga. Puede vivir unos 50 años más, todo lo que necesita es que le cambien las ruedas de vez en cuando”. “Ella usa sus patas traseras para impulsarse hacia adelante, aunque es difícil saber si una tortuga está feliz, ella parece estarlo”, Añade Ryder.