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viernes, 24 de abril de 2015

LAS CLAVICULAS DEL REY SALOMON

Qué es y cuáles son sus contenidos



La Clavícula de Salomón (llamado también “Las Clavículas de Salomón”) es un 

grimorio cuya autor supuestamente sería el mismísimo rey Salomón. En él se 

nos muestran múltiples hechizos que requieren de objetos, materiales y 

condiciones muy particulares, talismanes muy difíciles de construir pero capaces

 de brindar grandes beneficios a sus portadores, rituales complejos para obtener

 amor, dinero, suerte, poder o incluso cosas tan extrañas como la invisibilidad y, 
más que todo, sellos para invocar ángeles y demonios.



Durante siglos ésta ha sido una obra de referencia 

en el campo del Ocultismo, un libro que ha

 suscitado muchas controversias sobre sus

 verdaderas raíces y que, aún en la actualid

ad, guarda cierto grado de incertidumbre en relación

 a si realmente Salomón tuvo o no algo que ver en

la elaboración de los contenidos de este libro que,

 lamentablemente, por ser tan deseado ha llegado a

 tener abundantes ediciones en las que no han 

estado ausentes la manipulación, la confusión de

conceptos y otros elementos y, por ende, la baja

 credibilidad de la edición en cuestión. Por ello, a 

pesar de que probablemente se haya plasmado algo

 de la mente de Salomón en unas pocas ediciones, La Clavícula de Salomón es 

ya un libro en que, como en tantos otros puntales del Ocultismo, la fantasía se 

ha hecho presente a pesar de los numerosos practicantes que ingenuamente 

siguen promulgando la idea del libro que entrega de forma transparente 

verdades sobre las vías que existen para contactar con las fuerzas y los 

habitantes del mundo espiritual.



En cuanto a la estructura temática del libro, en primer lugar éste se divide en 

dos tomos. En el primer tomo hay maldiciones, conjuros, invocaciones y sellos 

para llamar y controlar a espíritus demoníacos o solicitar el favor de espíritus 

de luz, logrando mediante procesos bien definidos que estas entidades cedan a

 la voluntad del conjurador; también hay revelaciones sobre métodos ocultos

 para hallar objetos robados y tesoros, para encontrar el amor o hasta para

 lograr la invisibilidad. Por su parte, el segundo tomo nos indica cómo realizar 

exorcismos, cómo elaborar y construir objetos mágicos y qué tipo de 

animales o cosas se deben sacrificar a los espíritus.

Al igual que otros libros de su tipo elaborados en

 la misma época, La Clavícula de Salomón invoca 

siempre a Dios y solicita su protección; e, 

inclusive, en ciertos conjuros indica que, tras 

acabar, se deben confesar los pecados. Así 

mismo el grimorio usa en muchos de sus signos el 

Transitus Fluvii (un alfabeto oculto) y presenta 

cierto sincretismo ya que suele usar nombres 

barbáricos, nombres arábigos y hasta nombres derivados de textos mágicos del

 oriente próximo a Israel.

.

Origen




Según muchos estudiosos, el verdadero autor de La Clavícula de Salomón fue

 un mago veneciano llamado Antonio del Rabino[6], mismo individuo a quien 

también se le atribuye la autoría del Gran Grimorio. No obstante es seguro que, 

al menos en su mayoría, Antonio del Rabino no inventó el texto, lo cual es así 

ya que hay muchos datos que respaldan la veracidad de su afirmación según la

 cual él redactó la obra basándose en textos autógrafos del rey Salomón. Con 

esto no se quiere decir que en efecto aquellos textos que Antonio menciona 

fueron realmente escritos por Salomón: simplemente se precisa que no hubo 

voluntad de engaño por parte de Antonio del Rabino y que, cuando él redactó 

La Clavícula de Salomón, estaba firmemente convencido de que sus fuentes 

eran obra del sabio rey.



Remontándonos al pasado, vemos que quizá Antonio del Rabino estaba 

equivocado ya que, según el profesor Marinus Gout de la Universidad de Deft

(Holanda), Salomón no solo que no escribió ningún libro del Antiguo 

Testamento sino que tampoco escribió el famoso Testamento del rey Salomón 

(libro escribo en el siglo I. a. C.) o, peor aún, La Clavícula de Salomón. Y es 

que, para Marinos Gout, La Clavícula de Salomón[7] fue escrito por primera vez 

en el siglo I a. C.



Respaldando a Marinus Gout está el famoso historiador Flavio Josefo, quien nos 

cuenta que en la época de Vespasiano (siglo I d. C.) ya estaba en circulación un 

grimorio que, entre otras cosas, hablaba de evocaciones a demonios, un 

grimorio que estaba atribuido a Salomón y que, según Josefo, era usado por el 

judío Eleazar (quien tenía uno de los pocos ejemplares) para exorcizar a los 

endemoniados en presencia de nada más y nada menos que el gran emperador 

romano Vespasiano. Según cuenta Josefo, la forma en que Eleazar realizaba 

esos exorcismos era con un anillo que les ponía en la nariz, un anillo que tenía 

atada una raíz muy especial; y, claro está, todas estas cosas eran indicaciones 

supuestamente dadas por Salomón en el grimorio que tenía Eleazar. En 

resumidas cuentas, el punto es que, para muchos estudiosos, el grimorio de 

Eleazar era muy probablemente el mismo texto que para Marinus Gout se 

habría compuesto en el siglo I antes de Cristo. 



Lo cierto es que siguen cabiendo muchas dudas sobre si en realidad el texto 

que tenía Eleazar fue un producto de la mente de Salomón o el producto de 

algún ocultista que, para que su trabajo obtuviera mayor importancia, arrebató 

hábilmente el nombre del monarca. Pese a todo hay algo que sorprende 

profundamente y es que, según indican las palabras del propio Flavio Josefo 

(quien estaba convencido de que el grimorio era obra de Salomón), en realidad 

los exorcismos sí funcionaban…Cito a Antiguedades 8.2.5: ‹‹Dios también 

permitió que Salomón aprendiera la habilidad de expulsar demonios, que es una

 ciencia útil y que devuelve la salud a las personas. Salomón también componía 

encantamientos para aliviar la destemplanza. Y dejó técnicas de realizar 

exorcismos para expulsar demonios de forma que no vuelvan, y este método de

 cura sigue teniendo una gran vigencia: porque yo he visto a uno de mi propio 

país[9], que se llamaba Eleazar, que liberaba a los endemoniados en presencia 

de Vespasiano, y sus hijos, y sus capitanes, y toda la multitud de soldados.

 La forma de cura era la siguiente: 

Ponía un anillo que contenía una raíz 

de las que mencionaba Salomón en 

las fosas nasales del poseso, tras lo

 cual sacaba al demonio por la nariz del

 paciente; y cuando éste caía al suelo 

inmediatamente, conjuraba al 

demonio para que no 

volviera, mencionando a Salomón y

 recitando los encantamientos que él 

compuso. Y cuando Eleazar quería 

convencer y persuadir a la audiencia de que tenía tal poder, colocaba a cierta 

distancia una palangana o un cacharro de agua, y mandaba al demonio que no 

volviera, para que el público supiera que había salido de la persona: y de esta 

manera se mostraba manifiestamente la habilidad y la sabiduría de Salomón››. 

Tras lo visto algunos podrían pensar que en realidad lo que ocurría era que la 

supuesta posesión demoníaca era en realidad los síntomas de la epilepsia o 

alguna otra enfermedad desconocida para la época, actuando entonces la raíz 

como una cura natural. Ante eso cabe recordar que Flavio Josefo contó que, 

ante los que dudaban, Eleazar tumbaba un cubo de agua a la distancia sin 

fuerza natural visible para realizar tal operación: esto, de ser cierto, no tendría 

explicación científica aparente y no fuera nada descabellado atribuirlo a la 

magia de Eleazar. Ahora, sabemos que es mínimamente probable que un 

historiador como Josefo mienta y hasta dónde se sabe sus textos no han sufrido

alteraciones, por ende resulta muy probable que lo del cubo sea verdadero y 

que en consecuencia haya habido algo de sobrenatural en torno a lo que hacía 

Eleazar; aunque, si algunas de las supuestas posesiones fueron verdaderas 

posesiones, entonces el elemento sobrenatural era aún mucho mayor.



Algo que no se sabe mucho (porque fue 

descubierto hace poco tiempo) es que existe un 

manuscrito que sería la versión en hebreo 

masorético de La Clavícula de Salomón, un texto 

cuyo nombre es Mafteah Shelomah, lo cual 

traducido al español es “Claves de Salomón”. Este 

texto, de confirmarse la fecha (900 d. C.) que se le 

atribuye, sería el grimorio más antiguo conocido 

hasta la actualidad. Podemos así sospechar —digo “sospechar” porque no se ha 

conocido ejemplar alguno del grimorio de Eleazar—que muchos (o casi todos) 

elementos del grimorio de Eleazar podrían estar presentes en el Mafteah 

Shelomah, manuscrito éste último que nos permite ver que en verdad Antonio 

del Rabino si partió de serias fuentes anteriores ya que muchas cosas del 

Mafteah Shelomah se encuentran en La Clavícula de Salomón. Finalmente, el

 Mafteah Shelomah nos ayuda a comprender de dónde pudo haber salido el 

enorme grimorio llamado Libro de Salomón, el cual fue quemado por orden del 

papa Inocencio VI en 1350: en otras palabras, es bastante probable que el 

Libro de Salomón haya sido una traducción del Mafteah Shelomah.

.

La leyenda del rey mago




Según la leyenda, La Clavícula de Salomón tuvo

su origen en la visita que un ángel le hizo a 

Salomón. En aquella visita se cuenta que el 

ángel le dio a Salomón toda clase de 

conocimientos mágicos (incluidos los necesarios 

para dominar demonios), conocimientos que, ya 

en sus últimos días, Salomón compiló en algunos

libros para transmitírselos a su hijo Roboan. Desgraciadamente un incendio 

acabó con todos esos libros excepto con dos: el Testamento de Salomón y la 

Clavícula de Salomón.




La leyenda anterior se puede ver en la 

introducción a un ejemplar original de una 

edición (muy estudiada y editada por datar de 

1641) de la Clavícula de Salomón. Este ejemplar,

 presente en la Biblioteca Nacional de París, dice 

así en su introducción: ‹‹Todo el Universo ha

 sabido, hasta hoy, que, desde tiempo 

inmemorial, Salomón estaba en posesión de

 todas las ciencias infundidas a través de los

 sabios preceptos y de las enseñanzas de un ángel, al cual pareció estar tan

 sumiso y obediente que, además del don de sabiduría que le pidiera, obtuvo, y

 no sin admiración, toda otra suerte de virtudes. Todo lo cual hizo que, llegando 

Salomón al término de sus días, él mismo estableciese que su hijo Roboam, por 

sucesión, hiciérase cargo de un testamento que contenía todas las ciencias de 

las que él usare y disfrutare hasta el día de su muerte. Los Rabinos que, 

después de él, procuraron guardar celosamente este testamento, nombraron a 

éste último las Clavículas de Salomón, nombre con el cual hicieron grabar un

 libro hecho de cortezas de cedro, y en donde los pentáculos aparecían en 

caracteres hebreos y sobre planchas de cobre, a fin de poder ser conservados 

para la posteridad…››

Por último, dos factores que hicieron crecer la leyenda de Salomón como mago

 fueron los siguientes: 1. El Sutra XXVII del Corán, el cual cuenta cómo de niño 

Salomón aprendió el “idioma de los pájaros” de su padre el rey David. 2. Las 

referencias de Flavio Josefo a Salomón como un rey que dominaba la magia y 

había plasmado en obras sus conocimientos.




.

“La llave menor de Salomón” y “La Goetia”, su huella más actual



La Clavícula de Salomón dio origen a 

La llave menor de Salomón o 

Lemegeton, el cual era un grimorio 

anónimo del siglo XVII y llegó a 

convertirse en uno de los puntales de 

la Demonología. Al igual que La 

Clavícula de Salomón, este libro se 

autoproclama como escrito por el rey 

Salomón mas, contra su propósito, 

delata de forma crasa la falsedad de 

aquello al presentar alabanzas a Jesús 

y a la Santísima Trinidad, además de 

títulos de demonios que no existían 

(los títulos, y algunos demonios también…) en la época de Salomón. En cuanto 

a sus contenidos, La llave menor de Salomón es en esencia (difiere en ciertos 

detalles y aspectos) lo mismo que La Clavícula de Salomón.

Finalmente, ya en las puertas del siglo XX Samuel Mathers y el famoso satanista

 Aleister Crowley hicieron que la magia salomónica renazca al traducir 

parcialmente[10] La llave menor de Salomón en 1904 y dar así nacimiento a 

Goetia, la llave menor del Rey Salomón (Clavicula Salomonis Regis), obra esta 

que prácticamente fue un instructivo dividido en cinco partes a través de las 

cuáles se exponía todo lo referente a invocar a los 72 espíritus que 

supuestamente Salomón aprisionó en una vasija.



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